7 AÑOS

Hoy muchas familias se han formado a través de una cobertura integral en reproducción asistida. En este día quiero que recordemos cómo era esto antes del 5 de junio de 2013.

Antes, y durante largos años, hombres y mujeres se fueron acercando con el mismo problema: necesitaban hacer tratamientos de reproducción y se encontraban con un sistema de salud que los expulsaba. Muchas veces pidiendo préstamos bancarios y endeudándose o pidiéndole dinero a amigos y familia, estas personas accedían a un tratamiento de alta complejidad. Muchas veces no se podía volver a intentar por los costos. Y así debían cargar con una enfermedad que a través de diferentes diagnósticos les generaban infertilidad.

De a poco fueron sumando sus voces, se fueron conformando en distintas organizaciones, juntando firmas, informando, apareciendo en diferentes eventos, se hicieron remeras, armaron carteles, pintaron pancartas y llegaron a los medios de comunicación. Se presentaron ante diputados y senadores, mandaron cientos de cartas, generaron diversos espacios de encuentro. Fue un camino largo, complejo y con muchos retrocesos por parte de la situación política (sobre todo en cada cambio de mandato).

Hoy, en Argentina, disfrutás de un derecho que lo consiguieron todas esas personas. Hoy damos por sentado que esto existe y nos parece normal y justo, pero antes no existía. Yo vengo de la última camada de pacientes que tuvieron que pagar para acceder a un tratamiento porque no se me reconocía la enfermedad dentro del sistema de salud.

Yo llegué al final de esa enorme lucha y me acoplé en el último vagón en la última marcha. Yo supe de mi infertilidad poco tiempo antes de que se sancione esta ley. Pero todos ellos la venían peleando desde antes. Hacía muchísimo tiempo. Mi respeto y admiración por cada uno.

Por eso hoy quiero agradecerles a ellos que no bajaron sus brazos en esta lucha, una lucha que muchos soñaron para otros, porque el paso del tiempo ya no les iba a permitir ser padres por la reproducción asistida e igual acompañaron hasta el final.

Cuando vayas a hacer un tratamiento y te encuentres con un sistema de salud que te recibe (independientemente de las trabas burocráticas) y puedas decir UNA LEY ME RECONOCE Y ME DA ACCESO… recordá estas palabras con la misma felicidad con la que hace 7 años festejamos este logro con lágrimas en los ojos.


Soy Maru Pesuggi, autora del libro ¡Que me parta un Milagro!, me tocó atravesar un largo camino hacia la maternidad y hoy sigo acompañando el viaje de otros…

¿Todavía no lo leiste? El libro: http://libro.quemepartaunmilagro.com.ar

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