Se dice que la paternidad es un vínculo, un deseo, una relaciones, un proyecto consumado. Que la paternidad se constituye en un proceso de encuentro con disposiciones emocionales y subjetivas. Pero hoy la paternidad merece que se le quite el polvo solemne.

Ser papá es una construcción. Hay quienes la construyen desde que el hijo nace, otros desde que el test da positivo y así…

Hoy vengo a hablarle a esos padres que se construyen desde que desearon serlo.

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Sé que el camino se puso sinuoso y que no te esperabas esto. Seguramente no habrás comprendido a primeras por qué se volvió complicado. Sé que dudaste de tu función y sé que hay varios que sintieron culpa y que todos sienten frustración.

Tomaste mi mano, me abrazaste y me dijiste que todo iba a estar bien aunque por dentro lo dudaste. Quisiste entregarme una seguridad que no existe. Preferiste ser vos el que recibiera las inyecciones y a quien sedaran en un quirófano pero te tocó vivirlo desde otro lugar.

Contuviste más veces de las que sacaste enojo, dolor y lágrimas porque creíste que así era mejor, porque así es ese rol patriarcal que te inculcaron desde siempre que te obliga a no llorar como una nena y a contener a tu pareja, porque eso hacen y deben hacer los hombres.

Y mientras todo eso pasaba tu proyecto se convertía en el anhelo más fuerte y esperado de tu vida. Querés ser padre. Mierda, lo querés y fuerte. En silencio te imaginás escenas de la vida cotidiana con ese hijx que tanto esperás y apretás los labios de esperanza y de bronca sin poder entender por qué… ¿por qué esto?

Encima hoy es el día del Padre… comercial, superfluo, sinsentido, como quieras catalogarlo, pero este día pone el foco en la ausencia.

Por dentro te nace un amor que no podés traducir en palabras y que preferís guardarte para no cargar el vagón emocional de la pareja con más de lo que ya hay. Porque hay mucho.

A veces sin decir mucho, otras diciendo lo que podés a veces bien y a veces como te sale: querés ser papá.

Por eso, especialmente hoy, quiero agradecerte por ser el 50% necesario de este proyecto y que sigamos intentándolo para que llegue el día en que podamos celebrarlo juntos.


Soy Maru Pesuggi, autora del libro ¡Que me parta un Milagro!, me tocó atravesar un largo camino hacia la maternidad y hoy sigo acompañando el viaje de otros…

¿Todavía no lo leiste? El libro: http://libro.quemepartaunmilagro.com.ar

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