Cada tanto recuerdo una charla que tuve con una señora. Su hija y yerno iban a realizar un tratamiento con semen de banco. “Tengo miedo que la persona que dé los espermatozoides luego reclame la paternidad con un ADN y se lo saquen”.
No es de extrañar esta lógica cuando los medios reproducen titulares como “Hombre que donó semen es padre de 150 hijos”…
Con la sanción del nuevo código civil en 2015, se agregó una fuente filiatoria:
por naturaleza (embarazo espontáneo),
por adopción,
o mediante técnicas de reproducción humana asistida.
Hoy vamos a ver esta última para que cuenten con información que elimine cualquier duda (o miedo) y entendamos qué hacemos y qué significa lo que estamos haciendo cuando estamos firmando y completando papeles.
Esas páginas repletas de ítems, párrafos e información que el centro debe entregar al paciente y que se debe completar y firmar antes de la utilización de gametos o embriones (sean donados o propios) en los tratamientos, es el CONSENTIMIENTO. Se firma previo al tratamiento, es informado y libre, en el que se exterioriza el consentimiento, la voluntad procreacional, la aceptación para con la técnica reproductiva que haremos. Este pasó es muy importante para lo que viene luego.
Este instrumento contiene requisitos y disposiciones especiales para que luego pueda se protocolizado ante escribano público o certificado ante la autoridad sanitaria correspondiente a la jurisdicción.
En ese consentimiento se manifiesta la voluntad procreacional. La voluntad procreacional es la decisión, la voluntad de querer llevar adelante un proyecto parental, tanto en pareja o como familia monoparental.
El art. 562 establece que los nacidos por las técnicas de reproducción son hijos de quien/quienes han prestado su consentimiento con independencia de quién haya aportado los gametos, siempre que éste se encuentre debidamente inscripto en el Registro Civil.
Se debe firmar un consentimiento antes de cada tratamiento. Y permítanme la poesía final: es la primera manifestación formal de la ma/paternidad que tendrás para con tu hijo. Nadie jamás podrá alegar cuestión en contrario. Hacelo bien. Es importante. Es Ley.
Soy Maru Pesuggi, autora del libro ¡Que me parta un Milagro!, me tocó atravesar un largo camino hacia la maternidad y hoy sigo acompañando el viaje de otros…
¿Todavía no lo leiste? El libro: http://libro.quemepartaunmilagro.com.ar
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