Me llamo Rafaela, tengo 32 años, soy de La Plata. Soy economista y trabajo en la administración pública de la provincia de Buenos Aires. Estoy en pareja con mi marido, de 32 años también, hace 8 años y llevamos 4 de convivencia.Lo que más me gusta hacer es dormir, comer chocolate semiamargo, charlar, viajar y jugar a la mamá con mi ahijada.

Lo que menos me gusta hacer son los quehaceres domésticos (ni uno solo me gusta) e ir a trabajar.

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La anécdota más graciosa que me ha pasado en este camino de la infertilidad, fue en nuestra primera visita al andrólogo. Luego del cuestionario, el médico se comenzó a realizar la inspección ocular de las partes de mi marido. Al primer vistazo anunció: «Varicocele!!!» y luego le agarró las bolas y le dijo: «Tosé…Tosé!…» mientras se las masajeaba. A mí me agarró un ataque de risa, pero me lo tenía que contener. En mi mente, mi yo-diablito me incentivaba: «Largá la carcajada boluda!!!», pero mi yo-angelito me retaba: «Es una falta de respeto, no te podés reir en esta situación, aguantá». Me estaba poniendo toda colorada… Y el tipo seguía con los masajes y los pedidos de que tosiera. De la tentación de risa contenida, yo ya tenía los ojos llenos de lágrimas, no podía ni respirar. Tuve que fijar los ojos en piso y taparme la cara con el espermograma. Y por fin terminó la sesión de egg-massage, que habrá durado 5 minutos, pero para mí fueron eternos. De más está decir, que mientras el médico nos explicaba qué era un varicolece, sus consecuencias y su tratamiento, yo me tuve que mantener calladita esperando recuperar el ritmo cardíaco y respiratorio. Igual ya sabía todo lo que nos comentó porque ya me lo había explicado Dr. Google. Salir a la vereda fue liberador, me la pasé riéndome a carcajadas desde el consultorio a mi casa. Se trataba de una mala noticia, pero la escena había sido tan cómica, que logró distraerme. Es el día de hoy que con mi marido nos seguimos riendo de esto cada vez que le digo «Tosé», jaja.

La historia de «preparación para la búsqueda» (sí, soy demasiado planificadora) comienza en julio de 2012, me hice todos los controles ginecológicos de rutina y dejé las pastillas anticonceptivas por 5 meses para «desintoxicarme» de hormonas (qué estupidez!!!, jaja) y a la vez empecé con el ácido fólico. Año nuevo, vida nueva, tres, dos,uno… comienza la búsqueda!!! La idea era que el niño naciera en la primavera, jajajaja (estupidez N° 2!!!). Recuerdo que en enero, para mi cumpleaños me regalaron ropa ajustada y la cambié por ropa suelta porque «en unos meses con la pancita no me va a entrar nada» (estupidez N° 3). Transcurrieron los primeros meses, empezaron los primeros negativos, empezó la angustia, empezó la obsesión con Google y empezó la seguidilla de estupideces (les sigo poniendo números o es al pedo?). Aparte del termómetro, los test de ovulación y las mil posiciones, unos meses dejé de tomar mi café con leche diario porque leí que la cafeína podía afectar la fertilidad, los días fértiles dejé de ir a natación porque pensé que el cloro de la pileta podía afectar el PH de mi vagina, estuve una semana durante mi fase lútea con conjuntivitis porque no me quise poner los gotitas que me dio el oftalmólogo porque en el prospecto decía que había «incidencia de anomalías fetales en los grupos de conejas preñadas estudiadas»… Un mes, tuve un atraso de una semana (el Evatest me había dado negativo, pero la Tía Colorada no venía y había leído que podía ser un falso negativo si no tenía suficiente ß-hCG). Justo se venía el aniversario de casados de mis papás, qué mejor regalo que un nietito, el primero en la familia! Con toda la ilusión les hice un lindo cartelito que decía «Feliz Aniversario Abuelos». La Tía Colorada no me dejó dárselos y con todo el odio del mundo tuve que recortar la palabra Abuelos y romperla en mil pedacitos.

Podrías hacer una sección del blog que sea «Leonas que cuentan sus estupideces». Seguro que me gano el premio a la más estúpida!

Sigo… Como a mis padres le costó mucho mi búsqueda (aparecí aproximadamente luego de 90 negativos), el fantasma de la infertilidad empezó a rondar en mi cabeza. A los 6 meses de búsqueda, hicimos la primera consulta con mi ginecólogo, que por suerte es especialista en fertilidad. Me costó convencerlo, recuerdo que me decía: «bajá un cambio flaqui», pero allí comenzó la batahola de estudios.

En principio el único diagnóstico fue: mi marido tiene varicocele (parecido a tu caso Maru). Todo lo demás por mi lado (análisis hormonales, bacteriológicos, ecografías e HSG) perfecto, salvo un «folículo persistente» que lo tenía hacía 13 años o quizás más (persistente de verdad!!!), pero que el médico creía que no afectaba en nada.

Los espermogramas de mi marido fueron mejorando (1° Kruger: 5%, 2° Kruger: 6,7%, 3° Kruger: 8,2%) y el andrólogo decidió que no tenía sentido la cirugía y que los últimos valores eran aptos para concebir.

Mi mi marido, mi ginecólogo y mi entorno insistían con el «factor psicológico», menos mi mamá, que ya vivió esta historia.

A fines del 2013 con mi marido nos compramos un terreno y sacamos un crédito hipotecario para construir nuestro hogar (creo que me gasté el verbo «Procrear» en el crédito). Con el baile del proyecto y la obra, iba a tener mi mente bastante ocupada, así que el factor psicológico capaz que se dejaba de joder. Estuve varios meses entretenida, pero no funcionó!!!

En fin… Un año y medio después de empezar a buscar, íbamos a empezar con el método de las relaciones programadas. Me hago la primera eco y el médico me dice que no podía hacer la estimulación ovárica porque el quiste quizás era hormono-dependiente y podría crecer desmesuradamente (yo por dentro hervía: «Hace años que lo tengo, por qué no me lo dijiste antes???»). Ese día fue terrible para mí, porque estaba totalmente ilusionada y ansiosa por empezar «mi primer tratamiento» (al fin iba a salir de boxes). No pude volver al trabajo por las condiciones en las que estaba mi cara: parecía un sapo.

La cuestión es que el doc me dio para tomar Primosiston para que el folículo/quiste se me fuera, pero luego con una eco confirmé que el maldito seguía allí. El médico empezó a sospechar que no era un folículo persistente (taaaaaan persistente iba a ser???), tal vez fuese un cistoadenoma. A partir de ahí, comencé a odiarlo porque se me instaló en la cabeza la duda: «Y si este coso es el culpable de todo???». El médico igual insistía en que no creía que fuese un motivo de infertilidad, pero luego de un tire y afloje, cedió: «estos casos de quistes menores de 5 cm, no se suelen operar, pero la paciente es quien decide: si a vos te deja más tranquila que lo saquemos, lo sacamos, pero antes dejame que probemos un ciclo con RP». Yo notaba que él pensaba «qué hincha bolas que sos», pero yo sumamente decida le dije que ok con RP, pero que me diera un turno para la cirugía en ese mismo momento para no seguir perdiendo tiempo («a ver si te das cuenta que estoy ansiosa por ser madre!!!»). Conclusión: otro negativo y encima la fucking Tía Colorada me vino el día de la madre al mediodía (15 minutos antes del almuerzo), en la casa de mis suegros que viven en otra ciudad!!!. «Buenísimo Tía Colorada!!! Sos re macanuda y súper oportuna, la re p… #**#, no sólo se te ocurrió venir este día del año en el que a las infértiles se nos hace un nudo en la garganta, sino que encima me cagaste el almuerzo familiar y encima me quemaste la última ilusión de no ir a cirugía. Te odioooooooo!!!!». Obvio que lloré y lloré y no pude presentarme a la mesa donde acontecía el festejo. La familia de mi marido no entendía nada y mi marido tuvo que salir a explicar: «es que le vino» (encima creo que algunos no estaban al tanto del problemilla).

Al día siguiente, decidí que iba a «entregarme por completo a la medicina» y que iba a arrancar a consultar otros especialistas de otras ramas, empezando por un hematólogo. [Acá quiero hacer un paréntesis para agradecerte Maru por entrada «La Locura que no acaba». Me sirvió como empujón para decidir hacer consultas extra-ginecológo y también para convencer a mi marido de que no era una locura pensar que a los médicos se le puede pasar algo por alto. Gracias Maru, fuiste mi Mariana! Sabé que tu blog además de hacernos reír y llorar, nos ayuda a informarnos y tomar decisiones. Sentite orgullosa de ello]. Por suerte, los análisis que me hizo el hematólogo me salieron ok.

Sigo… Finalmente, 3 de noviembre de 2014, llegó el día de la cirugía, llegó el día de decirle chau al FQ (cuando en las eco dice «FQ» yo leo «fucking quiste»). Previamente visité a mi primo (cirujano, pero de otras partes) para que me contara detalles del procedimiento y hasta me mostró y me dejó jugar con las pinzas con las que hacen la laparoscopía (sí, soy bastante masoquista!!!).

La experiencia de la cirugía tal vez un día me ponga a relatarla. Cuando empecé a salir de la anestesia, pensaba: «Quién mierda me mandó a querer tener un hijo???!!!». No fue de lo más lindo, pero siento que fue una buena decisión. La buena/mala noticia, fue que me encontraron y limpiaron 2 focos de endometriosis, grado 1: uno ubicado en el saco de Douglas y el otro diseminado en el peritoneo. El quiste al parecer también era endometriósico. Me sentí contenta de haber sido caprichosa y corajuda, porque llegué a un diagnóstico al que difícilmente hubiera llegado de otra manera, ya que nunca tuve ni un solo síntoma de endometriosis (salvo la infertilidad, obviously). Estoy contenta porque pienso que por más tratamientos que hubiera hecho, la endometriosis (o mi sistema inmune) los hubiera arruinado. No me quiero ilusionar, pero siento que fue un gran avance. Justo antes de arrancar por el camino de los tratamientos, descubrí una causa!!! Factor psicológico #LTA.

Ahora mi ginecólogo me dijo que tenemos que probar con el método Diver unos 6 meses, mientras mi sistema inmune se va equilibrando al no tener que atacar al «pegote maligno». Él está convencido de que voy a quedar embarazada de forma natural. Yo no me quiero generar falsas expectativas, pero es imposible no hacerlo.

Así que ahora es como si hubiéramos arrancado de cero otra vez… De vuelta al termómetro! El tiempo dirá…

Qué aprendí hasta hoy: un poco de ginecología, andrología, farmacología, inmunología, hematología y capaz que me olvido alguna ~logía…
Hablando en serio, aprendí que la vida no es siempre como uno la planifica y aprendí a estar más atenta a los problemas de los demás.

El blog lo conocí buscando en Google sobre el Gonacor.

Me gusta todo el blog!!! Me encanta tu humor, tu forma de escribir y tu forma de pensar, que siempre la encuentro muy parecida a la mía. No hay algo que menos me guste.

Beso grande!

Rafi
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