WOW, Ceci se sabe explicar, sabe detallar, sabe poner en escena… Ceci sabe. Además es de una familia grande, de esas que cuando llega Navidad te dan ganas de hacerte un arakiri con un Tramontina. Pero como su vida está llena de sobrinos que la hacen feliz, sabe (de nuevo) como manejar todo esto, aunque a veces se confunda.
Una de las cosas que quiero destacar es que como Ceci está a punto de ser Licenciada, va a ayudar mucho en el blog ya que su profesión está relacionada con la comunicación (sí, te comprometí un poco jajaja).
Su Gordo la acompaña como monumento, aunque por momentos la pasaron mal. Pero basta de introducción, he aquí la historia de una «piba» de Zárate, que entre búsquda y «Zarateñadas» te entretiene de principio a fin.

P.D.: Sigo sin saber quien es Violetta. Jajajajaja


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Hola soy Ceci, Tía Ceci, Gor, Chuchi o la más chiquita de los Goñi. Verás, la mía es una familia grande, somos 5 hermanos biológicos, 1 adoptiva, una prima y una tía con categoría de hermanas. En navidad, Papá Noel trae 15 regalos para sobrinos, un par para mi Gordo y otro para el amigo invisible. Con tanta gente no hay billetera que aguante, así que entre los grandes nos divertimos jugando.
Soy comunicadora, junto con mi co-equiper diseñadora tenemos un pequeño estudio. Hacemos publicidades, sitios web, folletería y planes de comunicación con sus piezas. En este momento estoy empezando a convertirme en mujer florero (en honor a la canción de Ella baila sola, sino la escuchaste, te la recomiendo). He decidido trabajar cada vez menos y de a poco me voy transformando en ama de casa y adoptando una nueva filosofía de vida, que puede convertirse en una religión: ¡¡todo me chupa un huevo!! Esta decisión, aunque resistida por mi conciencia de mujer independiente, fue muy charlada en terapia y en casa. Así que, a la fecha trabajo con quien quiero, cuando quiero y como quiero. Debo aclarar que puedo no trabajar porque mi auspiciante (el Gordo) trabaja por los dos, y por suerte tenemos techo y comida (sólo nos falta el bebé). Y esta mujer independiente, feminista y pesada, sigue en mi interior dando explicaciones del por qué no quiero trabajar más!! Ajajajaj!! Parece que todavía no estoy muy aferrada a mi nueva filosofía…
Estudié redacción publicitaria y ciencias de la comunicación, justamente ahora estoy recursando la última materia de la licenciatura. Espero entregar la tesina en marzo y que dentro de poco pueda decir: “díganme licenciada”.
Lo que más me gusta hacer es estar con los nenes (mis sobrinos). Aunque tener tiempo para sacar fotos y leer me gusta mucho. Hay días en que me gusta hacer NADA. O algún sábado/domingo nublado invernando en la cama con el Gordo, levantándome solo para ir al baño, pedir comida, buscarla en la puerta de casa y volver con la bandeja a la cama…
No hay una sola cosa que me apasione, puedo hacer combos. Combo relax: salir de viaje con mi cámara a cuestas y varios libros. Este verano fuimos a Brasil y me stockee con: Indias Blancas (de Florencia Bonelli), 50 sombras liberadas (de E.L. James) y El conjuro de Cortez (no me acuerdo la autora). Los días en Arraial eran así: después de un buen desayuno, salíamos a la playa con mi cámara, un libro y la todo poderosa (mi visa electrón) para la cerveza y los isca de peixe. Si ves las fotos, parece que Juan (mi Gordo) fue solo de vacaciones. De las 500 fotos que publiqué en face, 400 son de paisajes y lugares interesantes, 100 de Juan, 90 de los dos y 10 mías, siempre con un libro cerca.
Combo Tía Ceci: pasar la tarde con alguno de mis sobrinos, con las nenas jugamos a la peluquería y con los nenes a los autos. Si hay varios en casa, arman juegos entre ellos o me hacen trabajitos con acuarelas. En esos momentos les doy toda mi atención y ellos todo su amor. Y la noche que alguno se queda a dormir y el resto se entera, estamos varias semana con un sobrino por viernes pernoctando en casa. Como te conté más arriba, son muchos!!! Durante el ciclo lectivo me comprometo a ir a verlos a un acto escolar de cada uno. Los amo y cuando algo malo pasa con mi salud, ellos me cuidan y rezan por mí.
Combo loco: armar salida de a dos!! Incluyendo comida y coqueteo sin vergüenza, disfraz alegórico, telo y música con onda en casa. Qué haríamos con nuestra búsqueda si no nos divertimos en el camino…
Combo club: nosotros vivimos en Zárate, a orillas del Paraná y vamos a un club náutico muy lindo. En cuanto empieza a subir la temperatura la canasta del mate y el asado están siempre listas.
Cualquier excusa es válida para salir del departamento en el que vivimos y hacer un día de club. Mientras Juan cocina los más ricos asados yo leo, cebo mate o chusmeo con quienes nos acompañen. La convocatoria funciona así: cuando decidimos ir al club enviamos mensaje a mis hermanas y nuestros amigos. El que pica la carnada baja con algo para sumar a la parrilla o al mate. Después de almorzar (tipo 15 hs., nunca antes) nos trasladamos a la playa y arrancamos con el mate. Cuando el sol empieza a caer sale cerveza con papas fritas, y si nos agarró la noche y no hace frío, el que sale sorteado va a una carnicería y preparamos la cena en el mismo lugar. Con esta enumeración de comidas, creo que no lo dije, pero me encanta comer!!!
Lo que menos me gusta es lavar los platos e ir al banco. No importa qué trámite deba hacer, el banco me anula. Si el cajero de autoservicio no funciona es la muerte para mí. Tener que hacer una gran cola, llegar a la ventanilla y que no pueda hacer el trámite porque no hay sistema, o tengo un número que no concuerda con el del señor del cajero me anula completamente. Quedo sin habla ni razonamiento. Odio ir al banco!!! Por eso cuando el autoservicio no anda, llega mi Gordo al rescate. Él es de esos que se mete atrás de las cajas, porque conoce al gerente y a todos los cajeros, ese que le dice a cualquier persona que ve: “discúlpame, te dejo esto y en un rato vuelvo”. Y cuando vuelve tiene el trámite listo!! Y los desdichados que hacemos la cola lo odiamos instantáneamente. Bueno, él resuelve mi cuestión del banco.
Además odio lavar los platos. En casa resolvimos este problema con una regla de oro: el que cocina no lava. Pero hay días en que a mí me venden pescado podrido, porque después de comer viene el famoso “los lavo en un rato”, y ese rato puede ser hasta el día siguiente. Entonces, teniendo en cuenta que mi Gordo me salva en el banco, le doy algunos lavados de crédito. Además cocina muuuuy rico y casi no ensucia al cocinar.
Mi anécdota graciosa no es una sola, fue un día de pueblerina en Buenos Aires con mis sobrinas y hermanas. Antes de empezar te recuerdo que vivo en Zárate, a 80 km de Bs. As., antes de llegar a Entre Ríos. A pesar de estar cerca de la Capital no venimos más que a hacer trámites, estudiar o al médico. A veces llevamos a los nenes a pasear. Ésta fue una salida de princesas. La tía Ceci (o sea yo) invitó a las 4 princesas de la familia a ver “El cascanueces y las princesas encantadas”. Un mes antes sacamos las entradas, después de estar horas evaluando la fecha y hora del espectáculo con mis hermanas (era indispensable que no fuera en vacaciones de invierno, ni en horarios que agarremos las horas pico de acceso norte). El día indicado marchamos 3 adultos y 5 menores, hubo un príncipe colado que se puso muy celoso de su hermana, así que vino él también.
En mi auto fuimos 3 menores, Juliana y yo, mientras que en el otro fue Laurita con 2 de sus hijos.
El viaje fue tranquilo, un sábado a la mañana cuando Panamericana estaba linda para manejar. Sin perdernos una sola vez (cosa que pasa muy frecuentemente en mi familia) llegamos al teatro en Once. Acá empezamos a mostrar el alma de pueblo que nos caracteriza, buscamos estacionamiento “acá, acá” me dijo Juli, puse el guiño y doblé, atrás pegó el auto Laurita. Nos metemos en un garaje, que tenía el portón bajo y no se veía nadie. En eso se abre y sale un auto, de adentro no señalan un cartel muuuy grande que decía: Garaje privado. Metemos marcha atrás y paramos todo el tránsito en pleno Once. Tentadas seguimos una cuadra más y estacionamos a la vuelta del teatro (Cuidad Cultural Conex). Perfecto, llegamos 15 minutos antes! En la esquina del teatro notamos que no había gente en la calle, ni en la puerta del lugar… a medida que nos acercábamos a la entrada vemos las rejas del predio completamente cerradas. Y mis princesas, apoyando las caras entre los barrotes me decían “tía, y las princesas”. Yo veinte metros más atrás empecé a reírme y saqué las entradas pensando “puedo ser más tarada?” Saco las entrada y leo (mientras me agacho de la risa) 20 de julio, 11 hs. Era 13!!! Sin decir una palabra mis hermanas se dieron cuenta y empezaron a reírse diciéndome “vos son muy organizada, esto nos puede pasar a cualquiera de nosotras, menos a vos!!”.
Bueno, eran las 10:45 hs. y teníamos a 5 niños queriendo ver a las princesas, ¿qué hacemos?
Como estábamos a la vuelta del Abasto decidimos ir al museo de los niños. Llegamos a la entrada y un gran cartel nos anuncia que el museo abre a las 14 hs., nooooo!!!! Vamos a los juego. Desde la entrada del museo habíamos visto la vuelta al mundo, una montaña rusa y autitos chocadores. Listo! Los llevamos a jugar, comemos hamburguesas con cupones de descuento que aportó la abuela y pegamos la vuelta. Una vez más, la entrada a estos juegos estaba cerrada, había un cumpleaños y abrían al público a las 14.
Los chicos fueron un rato a los jueguitos mientras nosotras pensábamos qué hacer. Decidimos ir al cine, pero en el camino encontramos el evento de lanzamiento de la película Metegol. Fuimos hasta el lugar, había un montón de atracciones tipo kermese para los chicos y dijimos, la pegamos!!! Obviamente, las atracciones se abrían a las 14hs. Bueno, veremos gente famosa. Ahora viene una catarata de pueblada de nuestra parte (las 3 adultas, porque los nenes conocían a todo el mundo): “ese parece Campanella, pero es muy flaco” dijo Laurita, y tenía razón, era Camapella. “Qué lindo está Diego Díaz”, dije yo. “Sí, re bueno” contestó Juli. “Lástima que es Diego Ramos!!” nos aclaró Laurita. “Ahí hay uno que está en la tele!, el farmacéutico… el gordo… que está en el Once, ese que hacía que la loca que hiciera un pete”, gritó eufórica Juli. “ahhhh, el que es odontólogo en Vecino en guerra”, aclaró Lau. “Ahí hay más gente, alguien sabe los nombres??” murmuré yo. En eso, Diego Ramos pasa al lado nuestro y Laurita les dice a las nenas que ese era el papá de Violeta. Ellas estaban felices porque vieron al papá de Violeta, mientras yo pensaba: pero si es gay, y creo que no tiene hijos… En eso, Juliana se dio cuenta de que algo no me cerraba y me dijo al oído: “diosa, es el papá en la ficción”.
Después de reírnos mucho sobre nuestro conocimiento acerca de los famosos argentinos fuimos al cine. Ahí les contamos a los chicos que me había confundido y por eso estábamos en el cine. Y que como la semana que viene íbamos a volver, no compraríamos nada para ver la película, después iríamos a comer hamburguesas con los cupones de descuento que nos dio la abuela.
En la entrada del cine teníamos 2 opciones: comprar por ventanilla o por cajero autoservicio. “vamos al cajero”, dijo Laurita (recuerden que a mí me anulan las cuestiones bancarias y más si me piden algo que no tengo). Juli se quedó con los chicos mientras nosotras empezamos a pelear con esa máquina infernal. Ya perdí la cuenta de las puebladas que nos mandamos (entre conciudadanos las llamamos zarateñadas), pero acá va otra más. Seleccionamos la película y las butacas sin problemas. Pero cuando quisimos usar la tarjeta, empezamos a sufrir. Después de ingresar los números de mi visa, la pantalla del aparato volvía al menú inicial, y no nos daba el ticket de pago ni las entradas. 3 veces se nos rio en la cara el maldito el aparato.Mientras que nosotras empezábamos a largar la risa nerviosa, la gente que sacaba en los otros cajeros lo hacía sin problema y a nosotras no nos dejaba ir al cine!! Hubo un momento en que Maxi, el único hombre del grupo, se nos acercó y dijo: “ma, por allá van más rápido” señalando las cajas. Ese comentario fue motivo para largar la carcajada.
Como dijo Maxi, por la caja fue más rápido. Y acá viene la última zarateñada. Sacamos las entradas y como estábamos tentadas de risa le contamos a la señora que nos atendía todas las que nos mandamos ese día. Ella se compadeció de nosotras y nos dijo: “con los cupones para las hamburguesas también hay tiene descuentos en las entradas del cine, los trajeron?”, “juaaaajajajajja, noooo”, “bueno, si estacionaron en el shopping les podemos hacer un descuento en el ticket de salida”, quiso ayudarnos la señora, “tampoco, estacionamos a la vuelta”. A nuestras risas se sumó la de la señora y entramos a la sala…
Ese día terminó muy divertido, riéndonos de nuestras puebladas y de lo encerradas que nos sentíamos en un shopping. Pero bue, gracias a la desbolada Tía Ceci las princesas y Maxi fueron dos veces seguidas a pasear a Buenos Aires.
Empezamos nuestra búsqueda cuando nos fuimos a vivir juntos, en enero de 2007. Dejamos de cuidarnos sin mirar fechas de ovulación. Pensamos, vendrá cuando quiera. En 2010 empezamos a hacernos estudios, porque yo tengo diagnosticada una Tiroiditis de Hashimoto, en ese momento el nivel del anticuerpo ATPO era más de 600 y soy hipotiroidea. El único tratamiento era Gammaglobulina o corticoides en el momento del embarazo. Pero como no llegaba empezamos a profundizar un poco. Me hicieron la primera histerosalpingografía encontrando 3 pólipos que sacaron quirúrgicamente. El espermograma de Juan indicaba que tenía problemas de en la forma de la cabeza de sus espermas (que loco, Juan es muuuuy cabezón y está llego de cicatrices y chichones, iguales a él son sus muchachos), pero lo compensaba con la buena cantidad y movilidad.
Hasta ese momento solo era mi anticuerpo y la forma de su cabeza. Así que nos dieron Acidac. Fue una lucha que el gordo lo tomara, porque lo descomponía. Pero bue… dejamos de planificar y seguimos esperando. En el medio tuvimos una gran crisis de pareja, yo me fui unas semanas y después decidimos remar un poco más. En ese momento estábamos en distinta sintonía con mi Gordo. El tema fue que nuestra reconciliación vino de la mano de mi terapeuta y de una muy buena propuesta. Como regalo de cumpleaños me pidió que nos casemos. Así que en enero de 2011 decidimos casarnos en abril. En 3 meses organizamos un festejo hermoso, comida y chupi para todos y todas fue el lema. Nos fuimos de luna de miel y al regreso volvimos a ver al especialista en fertilidad así retomábamos el tema en serio. Hicimos los estudios de rutina y cuando estábamos por empezar con estimulación ovárica, mi sistema inmune me jugó una mala pasada. De la luna de miel traje una artritis reactiva que me dejó 2 meses sin caminar, 6 con corticoides día por medio y lo peor fue 1 año sin poder quedar embarazada… lloré mucho, mucho, mucho.
Pero bue… en ese tiempo crecimos muchísimo como pareja y de tamaño. Yo tomaba corticoide y el gordo comía a la par mío: 10 kg cada uno fue el broche de oro. En junio de 2012 podíamos volver al tratamiento, así que en febrero empezamos los controles rutinarios y para mi fortuna, el corticoide hizo disminuir el nivel del anticuerpo ATPO. Si lográbamos un embarazo el pronóstico de aborto estaba, pero los valores de riesgo mejoraron mucho, de 600 bajé a 300.
Nuestro diagnóstico es infertilidad sin causa aparente… que es lo mismo a no sabemos qué pasa.
Nos explicaron que puede pasar que cuando Juan me fecunda, al estar mala la forma de sus muchachos, que no pase nada. Es como si alguien limara la llave de mi casa, nos explicaron, entra en la cerradura, gira, pero no abre…
En julio hicimos la ISCI, pero cuando aspiraron una gran cantidad de ovocitos, sufrí una complicación que sólo se da en un 1% de casos!!!, si, si, tenemos un dinosaurio y todo un zoológico meándonos encima. Después de la aspiración, el espacio que queda luego de extraer el ovocito debe cicatrizarse sin problema, pero no fue así. Hice una hemorragia interna. A las 22 hs del mismo día, me desvanecí, Juan dice que convulsioné. Me llevaron a la guardia de la clínica de nuestra ciudad, llamaron a los médicos que nos atienden a nosotros (de Buenos Aires) y ellos vinieron a operarme a Zárate.
Una vez más, había que seguir esperando. Lo único bueno era que conocimos a nuestros 8 embriones de 4 y 5 células que nos estaban esperando. Esto fue en agosto de 2012, en octubre hicimos la primer transferencia de 3 embriones, y un día antes hice la aplicación de Gammaglobulina para controlar el anticuerpo así no se producía el tan temido aborto. El 30 de octubre nos hicimos la beta y estábamos re-embarazados!! Pura alegría, Juan quería salir a comprar cochecito, por suerte lo frené. El 20 de noviembre, con 3 semanas de gestación, tuve un aborto espontáneo en mi casa… Mientras esperábamos que me revisaran lloramos los dos, yo me había preparado para un negativo y no para un aborto…
Mientras tenía la pérdida parecía que un embrión podría haber quedado… pero luego comprobamos que mi cuerpo había eliminado todo. Por suerte, decían los doctores, no hubo que hacer raspando…
En fin, la segunda transferencia fue en abril de este año, de los 3 embriones que descongelaron solo 2 sobrevivieron esta etapa, y la tercera fue en julio. Ambas fueron negativas. Entre cada transferencia nos hicieron estudios genéticos y hematológicos (era la segunda vez que me hacían éstos).
Para cambiar de aire decidimos consultar a otros especialistas y ver si otras voces nos decían lo mismo que los doctores de nuestro instituto. Y fue así, pero dimos con una profesional que hace consultorio en nuestra ciudad así que decidimos seguir con ella. Igualmente, pensamos que una tercera opinión sería bueno para confirmar nuestra decisión o no. Entonces fuimos a una clínica muuyyy conocida. Allí nos dijeron lo mismo que veníamos escuchando pero agregaron más estudios a los rutinarios. A mí me sumaron hematológicos (por tercera vez) y un perfil inmunológico (algo que la inmunóloga que me ve desde hace años nunca había pedido), y a Juan test de túnel, de Kruger y todo que ya habíamos hecho hace un tiempo atrás. El tema es que en el medio tuve un quiste “complejo” y nadie nos decía qué carajo era “complejo”. En 15 días nos vieron 5 personas distintas y nadie sabía contenernos. Por supuesto que el costo de los estudios nos los dieron enseguida, pero no nos daban respuesta sobre este quiste.
En fin, desolada llamé a mi ginecólogo y le conté todo lo que estaba pasando. Nunca lo había visto enojado, fue la primera vez que este hombre levantaba la voz delante de nosotros. Estaba indignado, porque en lugar de solucionar el tema del quiste nos mandaron a medir la temperatura basal todos los días. Había que resolver el ovario enfermo. Eso implicaba estudios de marcadores oncológicos y ecografía para controlar su tamaño casi todos los días. En cuanto escuché “oncológicos” dejé de oír las palabras de mi doctor y lo llame a Juan para que siguiera escuchando él. El cuento corto: en 3 días me vino y el quiste se disolvió. Pero el maltrato que nos brindaron en ese instituto fue terrible, éramos un cupón de obra social que debíamos pasar para cada consulta que no supieron responder…
Entre tanta tensión, llegaron los resultados del laboratorio hematológico: hay una trombofilia.
Mañana debemos ver a la inmunóloga para que nos dé el tratamiento (sé que es heparina desde la transferencia y durante todo el embarazo) y luego planificamos la próxima ISCI con nuestra doctora Zarateña.
Lo mejor que me pasó en todo este tiempo fue ver como crecimos como pareja. Verlo a Juan sensibilizado por lo mismo que yo. Incluso descubrí una nueva faceta suya emotiva, llora con cualquier película que tengas alguna escena con padres e hijos.
Aprendí que no tenemos que bajar los brazos, que nos va a costar pero que va a llegar. Aprendí a tener mis momentos de furia y compulsión sin culpa. Ante cada negativo salí a comprarme algo para mí. Aprendí que este camino lo hacemos los dos y que recién empieza…
Respecto a «¡Que me Parta un Milagro!»:
Conocí el blog después de obligarme durante mucho tiempo a no leer ni buscar nada en la web sobre fertilidad. Todas eran historias con final feliz!!! Y lo odiaba!! Ni hablar de todos los síntomas que indicaban si una transferencia sería positiva o no. Encima mi búsqueda en internet me había llevado con todas las expectativas a la clínica famosa y fue un fiasco… Así que dejé de bucear en la web pero un día mi súper yo fue más fuerte que el yo y sin saber cómo estaba leyendo “el temido día de la madre” y me sentí identificada. Ni hablar cuando leí “la maldad de las infértiles”, un tema que llenó horas en terapia, porque yo no soy mala!!! Hasta ahora… ajajja!! Pero cuando leí “cuando NO” me dije “no estoy sola, somos muchas las que sentimos lo mismo” y ahí decidí escribirte.
Lo que más me gusta del blog es el humor, es la única forma de tomar estas experiencias. Dándole un poco de onda a las situaciones más embarazosas podemos sobrellevar nuestra búsqueda.
Creo que se me fue la mano escribiendo!! Ajaja, un poquito largo fue mi relato. Te doy permiso para editarlo como quieras y la próxima te mando una lista de películas que hay que evitar en nuestra búsqueda. Besos y gracias por el incentivo, escribir nos hace bien!!

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    3 comentarios

  1. Vicky 12.11.2013 at 13:32

    Hola Cecilia, gracias por compartir tu historia. Y a Maru por este espacio MARAVILLOSO en el que podemos unirnos en la lucha de un sueño compartido. No tengo dudas de que pronto nos partirá un buen pero buen milagro.

    Yo también tengo Hashimoto hace algunos años y la realidad es que mi endocrinóloga lo ignora, porque por ahora mi tiroideas funciona bien. Entonces dice que prefiere no medicarme hasta que se joda. La realidad es que no me gustaría llegar a ese punto… es decir, me gustaría intentar curarla. O al menos, desinflamarla. ¿Vos la tratás de alguna forma? Gracias por tus comentarios y espero que logres tu ansiado positivo y se quede con vos.

    • Maru Pesuggi 13.11.2013 at 05:01

      Yo les aviso a las autoras pero no se si controlan los mensajes que le van dejando 🙁 espero que lo lean así interactuan!.

      Gracias a vos Vicky por dejar tu mensaje. Es justamente la idea de esta sección!.

      Besotes!

  2. Vicky 14.11.2013 at 14:11

    Gracias Maruuuu por la buena onda! Beso grandote.

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